El caballero sir Gregory, oriundo de
Enor, siempre ha lucido un buen porte viajando por los seis reinos
desde su juventud. Empujado por los horrores de la guerra, con apenas
doce años, sus padres murieron dejándole como única herencia un
título nobiliario. Adoptado por su tío abuelo Helmut pasó largas
horas entre libros aprendiendo historia y geografía.
Al cumplir los dieciséis años, su
tío abuelo Helmut murió a causa de su avanzada edad; cuando el tío
de Gregory heredó, lo puso a entrenar duramente con la espada.
Consideraba que todo hombre que se precie debe saber empuñar una,
así que a sus veinte años Gregory era diestro con todo tipo de
armas. Mas, cansado de convivir con un tío que se divertía
mofándose de él, un día ensilló su caballo y partió en busca de
fortuna en una Enor destrozada por la guerra. Duras batallas se
acumularon durante esos años de viaje y él mismo participó en una
de las más cruentas, defendiendo un templo de Wee Jas, de la que fue
el único superviviente. Esta experiencia lo llevó a iniciarse en el
uso de la magia y aprender sobre su teoría.
Hacía sus veinticinco años, y ya con
algo de dinero en el bolsillo, conoció a un huérfano llamado
Martin, quien había sobrevivido siendo apenas un niño hasta los
once años. Así que lo acogió como su escudero transmitiéndole
todo cuanto sabía sobre el acero y la magia.
Cuando Martin cumplió los dieciséis
años, ensillaron sus caballos y volvieron a los caminos de Enor.
Algunos meses después llegó a sus oídos la formación de una nueva
orden de caballería liderada por una mujer, de la que se decía que
había dado muerte a un dragón. Sin más preámbulos cabalgaron
hasta la fortaleza y presentaron sus aceros para servir en la recién
formada orden en su búsqueda de antiguos artefactos mágicos.
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