Daiki es un hombre de más de 90 años
que sigue rebosando energía; años de aventuras y luchas no han
logrado hacer mella en su carácter.
En su juventud sirvió a un noble,
pero la familia de este tuvo un trágico final. Daiki guardó el
sepulcro de su señor junto con otros samurais fieles. Los meses se
sucedieron y aparecieron los guardias de los huesos.
La batalla fue encarnizada. Al verse
sorprendidos, los samurais lucharon sin sus armaduras; muchos
perdieron la vida y el resto el honor al ser derrotados fallando a su
juramento.
Sin señor ni honor Daiki, junto a los
supervivientes, se pertrecharon para marchar tras los guardias de los
huesos. Atravesaron el portal y se adentraron para siempre en las
calles de Orig'Nak.
Los años han pasado y Daiki es el
último de ellos. Ha luchado contra los horrores que los guardias de
los huesos sembraron por la ciudad ya antes de la llegada de los
misioneros de Pelor. Su destreza con el sable y su origen le han
granjeado el sobrenombre del Caminante del Ocaso.
Siendo un sablista de leyenda y con
una gran cantidad de tesoros acumulados durante su larga vida se
retiró a una pequeña tienda cediendo así el relevo a los
misioneros de Pelor.
Tras la aparición de los aventureros
del Gremio Daiki ha trasladado su tienda a la sede de estos; espera
reunir una buena suma de dinero con la que contratar y equipar a
algunos mercenarios para acudir en ayuda de su tierra natal y así
poder descansar sus últimos días allí.
Quizás tanto tiempo fuera de su hogar
hace que tema regresar a un lugar en el que ya no encaja o
simplemente busca a un heredero digno de su espada al que pueda
adoptar, para que el formidable sable —katana en realidad— siga
bebiendo la sangre de los malvados.
Chapeau!
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