jueves, 4 de septiembre de 2014

Navegar

            Otro vez el mismo debate; no paraba de recibir notificaciones y cada comentario era menos interesante que el anterior. Así que opto por cerrar la ventana del navegador y buscar algo que ver. Escribió de memoria la dirección, revisó las novedades sin muchas ganas y acabó denunciando un capítulo falso. Otra vez lo mismo.

            Abrió otra pestaña con Google y comenzó a buscar un nuevo fondo de escritorio; quería algo de fantasía, pero estaba cansada de tanto unicornio y pegaso, comenzaba a detestar la incapacidad de ser original de algunas personas. Probó a buscar cuatro o cinco criaturas menos manidas hasta que encontró una buena. Abrió otra pestaña.

            Leyendo los comentarios del autor descubrió una curiosa leyenda acerca de la criatura fantástica. Comenzó una larga búsqueda por la red que puso a prueba sus conocimientos del inglés. Según profundizaba en la investigación, más turbios se volvían los portales que consultaba, pero el tema la atrapaba tanto que continuó leyendo.

            Ya no hablaban de fantasía. Por inercia continuaba indagando; el tema había cambiado hasta tal punto que poco o nada tenía que ver con aquella criatura o una leyenda curiosa. Las horas se sucedieron y comenzó a caer la noche, comenzaba a estar cansada pero sentía que dentro de poco descubriría algo importante, ya no hablaba de fantasía.

            El sueño comenzó a ganar terreno; ella lo combatió con café, pero absorbida por esa búsqueda el cansancio se fue acumulando y finalmente la venció.

            Se notaba flotar, un ruido distante pretendía despertarla, pero su cuerpo ya estaba paralizado y con los ojos entreabiertos comenzó a alucinar, pero se notaba flotar.

            Seres encapuchados se la llevaban en sus alucinaciones. Hasta podía sentir sus manos apresándola; incluso sintió el frío del cuchillo ritual antes de dormirse profundamente.

1 comentario: